domingo, 14 de febrero de 2016

25 cosas por las que mola ser solter@


San Valentín. Esa fecha maravillosa que sirve para recordar a los solteros del mundo que están solos. Las películas, las novelas, la sociedad se encarga de enviar un mensaje constante, como una gota incesante dentro del vaso de la expectativa del ser humano: si estás soltero, estás incompleto.

El amor, en realidad, es un invento reciente de la sociedad. La necesidad de tener pareja empuja a muchas personas a acabar teniendo relaciones estériles, tóxicas, de dependencia… Además, el amor que debería ser la mayor fuente de felicidad es, en realidad, la principal fuente de infelicidad de las personas.

Ser soltero puede ser una opción de vida. Y tiene cosas buenas.

1.- Tienes la cama para ti solo. Esto implica no soportar todo lo desagradable de dormir con alguien y los gases nobles ajenos.

2.- Puede surgirte un plan para cenar y decir ‘sí’ sin dar explicaciones.

3.- Tus amigos acudirán a tu casa con frecuencia, sin avisar. Te llamarán también de la misma forma. Serás un gran consejero.

4.- Si te apetece leer, lo harás.

5.- No verás películas que no te apetezcan.

6.- No negociarás el mando a distancia.

7.- Nadie te despertará en medio de la noche por un ronquido.

8.- No tendrás suegros.

9.- No tendrás discusiones por cosas absurdas.

10.- Tendrás tiempo para pensar en ti.

11.- No tendrás que negociar las vacaciones en el trabajo para coincidir con las de tu pareja.

12.- No darás explicaciones sobre un Whatsapp.

13.- No tendrás que pensar cosas originales por San Valentín.

14.- Tendrás tiempo para dedicarte a lo que de verdad te guste.

15.- En las bodas conocerás gente. No te queda otra.

16.- Tu entorno querrá siempre presentarte a alguien.

17.- Tendrás más primeras citas. Y primeros besos. Y primero polvos.

18.- Podrás apuntarte a un viaje de última hora.

19.- Siempre escucharás la música que te guste.

20.- Puedes hacer deporte sin tener que negociar tu tiempo libre. Y después del deporte tomar una cerveza sin seguir dándolas.

21.- Siempre tendrás la expectativa de encontrar a alguien.

22.- No tendrás que disimular ante nadie.

23.- Siempre elegirás el menú.

24.- Si estás de resaca, reinará el silencio.

25.- Tendrás tiempo de escribir artículos absurdos sobre los beneficios de ser soltero.

 

domingo, 7 de diciembre de 2014

Cosas que haré esta Navidad


El mundo se divide entre los que aman la Navidad y los que no. Eso es así. Es cierto que es la peor época cuando alguien falta a la mesa pero a mí, como freack mayor del reino, me gusta mantener las tradiciones y exhibirlas. Uno se hace mayor cuando la Navidad deja de importarte y, sobre todo, cuando se la trae al pairo lo que piensen los demás. Me la pela lo que penséis, vale? He aquí todo lo que haré esta Navidad.

-          Veré Love Actually en Versión Original (y lloraré cuando el niño corre por el aeropuerto para darle un beso a su novieta).


 

-          Escucharé villancicos de Sinatra. Y el de Mariah Carey (mi gorda favorita) y los de Bublé  y Dean Martin.

 

-          Comeré bombones Lind. Los colocaré estratégicamente en la mesa del comedor para no olvidarme.

-          Comeré mucho en general. Cordero, gambas, croquetas, roscón, turrón, mazapán. La Navidad es la mejor época para nosotros los gordos anónimos.

-          Beberé cava.

-          El día de Navidad desayunaré churros (y cordero si queda del día anterior)

-          Estaré cerca de la chimenea.

-          Escribiré que a Fabra le ha tocado la Lotería. Está en la cárcel pero puede comprar décimos que me he informado.

-          Veré ‘Lo que el viento se llevó’ en Nochebuena. Y ET, Cuenta Conmigo, Cazafantasmas, Eduardo Manos Tijeras, Charley y la fábrica de chocolate, el Mago de Oz, Solo en casa y todas las de Disney y Pixar que quieran Hugo y Lucía.

-          Iré a la cabalgata de Reyes y le guiñaré el ojo a Melchor.

-          Leeré a Dickens.

-          Saldré a correr el día de Navidad, y el 26. Y el 1 de enero.

-          Pondré el árbol y el belén con clics de Playmobil.

-          Ligaré (esto en verdad me pasa todos los días).

-          Enviaré postales de Navidad.

-          Me comeré las 12 uvas y luego seguiré comiendo más uvas. Y luego más.

-          Abrazaré el triple que en otras épocas. Y daré más besos.

-          Bailaré con Hugo en mi brazo esto (es nuestro baile favo).

 

-          Organizaré la cena del Roscón. Comeré mucho Roscón.

-          Haré flan de turrón.

-          Besaré mucho más.

-          Un día me tomaré un frangelico o un gin tonic.

-          Cocinaré. A lo mejor me tomo el gin tonic mientras cocino.

-          Escribiré la carta a los Reyes.

-          Me acordaré de agosto en la piscina.

-          Lloraré por los que no están.

-          Achucharé mucho a Hugo y Lucía. Y a mis padres y a Isa y Nando y a mis tetes y mis tías.

.         Seguiré siendo guapo.

-        El día 1 veré amanecer y me regalaré la primera salida del sol,

-          Daré gracias por lo que tengo.

 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Quiero pedir perdón


Voy a pedir perdón. Es algo consustancial a mi personalidad, la disculpa como látigo a una forma de comportamiento adoctrinada por la culpa. Meses de terapia para esto, ya te digo. Los ingleses tiene siempre el ‘sorry’ en la punta de la lengua y yo en eso soy muy británico, porque uso el disculpa y perdón de forma indiscriminada.

Todo viene del síndrome de indefensión aprendida que está cosido a mi sombra desde siempre. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. La complejidad del ser humano es así, pero yo al menos he avanzado porque tengo un diagnóstico y herramientas para superarlo.

Por eso quiero pedir perdón. Perdón por gustarme el deporte, por cuidarme. Tengo amigos a los que les gusta estar tirado en el sofá, taurinos, colegas que recorren kilómetros para ver un concierto, amigos que invierten horas y horas al día componiendo música. Tengo amigos que, incluso, les gusta vestir vírgenes (imágenes, claro) y las procesiones. Compañeros que pueden estar horas buscando el corte de la patata perfecta, los tengo también anclados en relaciones tóxicas y aburridas. A los que les gusta el bricolaje, o no salen si hay un partido de fútbol. Amigos que sólo tienen hijos o pareja.

Pero todo esto está bien. Lo malo es lo mío, lo sé y me lo recordáis todos los días. No tengo perdón pero lo voy a intentar: me arrodillo ante todos. Sé que está mal que cuide un poco la alimentación y que desayune. Ya, ya lo sé. Y que haga deporte una hora al día los siete días de la semana y, algún día, dos horas. Es horrible, lo sé.

Cuando la gente sabe que leo mucho y puedo pasarme tardes enteras leyendo o que una novela me puede durar dos días, no pasa nada. Incluso me admiran. Pero si inviertes un 4% del tiempo del día en hacer deporte: estás obsesionado, estás ciclado (ya me gustaría), eres aburrido. Lo sé, queridos, lo sé.

También me gusta ver películas, coleccionarlas. Pero mucho, mucho. Me gustan las series americanas y una vez me fui de una cena alegando dolor de cabeza para acabar de ver la quinta de Dexter. Me gusta comer y todo el mundo sabe que soy gordo, como ya escribí aquí mismo porque ser gordo es un estado mental. Me gustan las pizzas, la tortilla, las croquetas, la paella, una buena hamburguesa, el chocolate, pero también el brócoli (perdón), las judías con jamón (perdón), la ensalada (perdón), las espinacas (perdón). Me gusta lo dulce, lo salado, lo agrio…

Me gusta el sexo (sólo o acompañado), me gusta el vino blanco y no me gusta el güisqui. Me gusta la telebasura. Me gustan los postres. Me gusta gustar, escribir, leer revistas, leer periódicos. Pasear. No me gusta comprar ropa, ni la moda porque no tengo ni puta idea. Me gustaría que me gustara, como patinar.

Estoy obsesionado. Vosotros no, menos mal que todos sois normales y me ilumináis. Ya digo, perdón, perdón, mis disculpas. Sobre todo porque no lo siento.

lunes, 13 de octubre de 2014

La gran hija


Artículo publicado en Las Provincias el 13 de octubre de 2014

Cuando la escuálida Holly Golightly tenía un día malo arrastraba sus perlas hasta el escaparate de Tiffany’s; nada malo podía pasar allí dentro. Era una criatura maravillosamente herida surgida de la inefable caterva de ideas de Capote (Truman) que exprimía el alma humana para que se convirtiera en un zumo de párrafos perfectos.

Luego vino Hollywood y la icónica imagen que proyectó gracias a Audrey Hepburn esmaltada en el estilismo de Givenchy y acariciada por las notas del sublime Henry Mancini. El celuloide lo cambió todo, que es lo que suele pasar. Porque en las películas americanas nos hemos asomado muchas veces al fin del mundo, pero nada tan cercano al apocalipsis de esta semana.

El nuevo periodismo estrenó sus malas artes con la muerte en directo del Papa Juan Pablo II y esta semana se ha puesto a prueba de nuevo con toda la crudeza en el culebrón ébola. El cine sólo nos sirve para soñar pero la literatura, como la de Capote, nos permite inmiscuirnos en la capacidad de empatía.

De eso es de lo que más nos olvidamos. El estupor llegó esta semana en forma de melena rubia y con nombre propio: Andrea Fabra quien pespuntó un titular montada en su propio tren de vida. La gran hija admitió que claro que había firmado el indulto a favor de su padre (esto es, Carlos Fabra) y con una sonrisa meliflua vino a segregar biología: claro que he firmado.

Andrea Fabra es diputada por Castellón pero bien podría serlo por Alpedrete. Vive en Madrid, veranea en Ibiza y Castellón es casi un accidente en su vida, ese pasar de los días que bien podría extraerse de un folletín rosa (palo). Porque la gran hija siempre ha proyectado una sombra de superioridad, de discursos manidos, de zapatos caros y poca empatía.

Le salió al paso el nuevo PP, que son más de un almuerzo con hogaza dels Ibarsos que de una cena de cocina de autor. Javier Moliner restó importancia a la adhesión de Andrea a la causa fraterna pese a que él lo había prohibido.

Vino la pequeña Fabra a presentar los presupuestos del Gobierno Rajoy para la provincia, lo hizo seis después porque hasta el momento el nuevo jefe había pedido capitalizar el protagonismo. Andrea forma parte de un pasado reciente y su gran mala suerte es que las dos o tres comparecencias públicas que hace al año en Castellón siempre estemos los pobres para preguntarle. Doy por hecho que el mal trago se le compensará al ver la cuenta corriente, no es plato de buen gusto compartir rueda de prensa con gente que busca titulares para llenar el estómago.

Ella va suelta contra el viento, como Bataller que ha decidido alicatar el centro de Castellón, ese cuyo comercio agoniza por el auge de los centros comerciales con aparcamientos, cines y zaras, con nuevas zonas azules. Desde su desimputación el primer edil ha relajado los discursos y las meteduras de pata, acapara fotos diariamente y se curra la calle con oficio. Lo mismo que las primarias del PSPV donde la noticia es que no la hay.

Los candidatos están realizando una campaña de juego limpio y respeto, con igualdad de oportunidades. Renau y Marco saben que un mal paso puede acabar en desastre y acarician la alcaldía como unos visillos ligeritos, de esos que dejan entrar el sol por el gabinete.
Artículo publicado en Las Provincias el 13 de octubre de 2014

lunes, 6 de octubre de 2014

Lluvia en los zapatos


La sensación de tener lluvia en los zapatos es la metáfora de la existencia, la incomodidad de la humedad que se cuela por los tobillos, de los calcetines pegajosos y los dedos fríos como un helado de vainilla. Ese es el malestar vivido por la tromba de corrupción que nos asola.

Igual que Neruda lamentó que podría escribir los versos más tristes en una sola noche, este artículo podría ser una retahíla de mangantes, una enumeración de canallas que se extienden como un chapapote sobre la dignidad de los tristes, los desencantados, los que sobreviven a la cabronada patria.

Las noticias, últimamente, deberían ir acompañadas de un antiinflamatorio para mitigar el cólico que provocan. Como el pastizal que los consumidores pagaremos por el proyecto Castor a uno de los tipos más ricos de España (cosas de las clases sociales) porque tanto el Gobierno zetapé como el de Mariano le han arreglado una paga extra que se podría destinar, por ejemplo, a fichar más jaguares con six-pack del estilo Ronaldo.

Cualquiera que se asomara al proyecto sabía que era un regalo envenenado, como cuando recibes un tarjetón de boda. Hemos pagado el cubierto, el traje y una vuelta al mundo bajo la excusa de crear puestos de trabajo. El Castor es otra de las mentiras que se alimentó al calor de la promesa de un imperio. Eso nos viene en el ADN, desde que Isabel de Castilla licuara el oro de América para vestir vírgenes. No aprendemos.

Lo peor es que los políticos se ríen en nuestra jeta. Nadie pierde elecciones y los Presupuestos Generales del Estado siempre invierten en lo mismo cada año: el AVE, los accesos al puerto, el parador turístico de Morella. Todo es cuestión de la artimaña de un titular, un castillo de fuegos con la pólvora mojada.
 

El Whatsapp debería crear un emoticono de sorpresa sólo para los ciudadanos de Castellón que seguimos siendo la provincia de las noticias tristes. Ahí está, sin ir más lejos, la decisión de la Audiencia de Castellón de aplazar el ingreso en la cárcel de Carlos Fabra en contra del acuerdo que existe entre todas las salas penales de España.

Hay quien cree que detrás hay política, obsequios en forma de auto. No lo descarto, pero subyace una guerra interna en la Audiencia porque los jueces también son personas y los magistrados tendrán pandillas, como en cualquier trabajo. El auto beneficia a Fabra pero, sobre todo, es una respuesta al presidente de la Audiencia, José Manuel Marco, quien consideró la decisión una metedura de pata. El mal rollo de los jueces no se resuelve a puñetazos, sino con sentencias. Los periodistas de Castellón hemos cambiado las redacciones por la puerta de los juzgados y por eso los empleados de la cafetería reservan bocatas para la prensa.

La semana también trajo la muerte de Miguel Boyer, más marido que exministro. Preysler es patrimonio de la provincia por su vinculación con Porcelanosa, que es una de las pocas cosas que nos salva de la ignominia. Los dueños de la empresa abrazaban a la viuda a las puertas del tanatorio y trasladaban la tristeza hacia la embajadora del azulejo, que es nuestra forma de vida.
 Artículo publicado en Las Provincias el 06 de octubre de 2014

lunes, 29 de septiembre de 2014

El último otoño


Igual que la misma lluvia asoma por las ventanas de septiembre, la actualidad humedece las paredes de la lógica, como un desconchado sobre la grieta de la razón. Las columnas de opinión tienen forma de ataúd y en ellas vamos aguardando el silencio roto por un teclado lenguaraz. Igual que se acarician las mejillas de un cadáver frío, del mismo modo, unas noticias sepultan otras y un auto judicial entierra otro.

La Audiencia de Castellón se ha vuelto a poner en evidencia. Hasta su presidente José Manuel Marco cuestionaba la decisión de que Carlos Fabra rehuyera la cárcel durante un tiempo mientras se resuelve la petición de indulto, como a los toros que brindan tardes gloriosas, Fabra se aferra a la arena de la elasticidad jurídica picado de banderillas.

La muleta, otra vez, le ha venido de mano de los jueces. Parece mentira, pero cuando a Fabra le han abandonado todos sus compañeros del PP, ha podido encontrar la gracia en forma de tribunal. El auto no está razonado, incumple al acuerdo de las salas penales, pero es el que es y la suerte parece siempre estar al lado del ideólogo del aeropuerto más conocido del planeta.

A Fabra le han salido símiles en forma de reportaje desde siempre. Con Corleone, con All Capone y con Jaume Matas. A todos ellos añado otro: hasta con la Pantoja, que por trapichear con pasta de todos puede acabar en la cárcel si no paga más de un millón de euros. Ella al menos tiene a Telecinco, que le puede liquidar la multa a cambio de una entrevista ante el Tribunal de la Inquisición del Deluxe. Fabra ni eso.

En tiempo de setas y de colores grises la tromba de agua no inunda el imparable avance del calendario. Es quizás el último otoño de una época conocida por los mismos mandatarios. La suerte está echada y avanza como las riadas, con Alberto Fabra intentando hacer del PP la apuesta ganadora, con el resto de la oposición repartiéndose cargos. Fabra, en este caso Alberto, no ha conseguido aún despegarse de la sombra que lleva cosida desde que llegara al cargo.

Lo ha intentado, pero no ha podido. A veces pienso que ninguno hubiéramos podido con tantos factores externos y sus esfuerzos equivalen a los gritos que da en los mítines. Fabra será, sin lugar a dudas, el presidente autonómico que más críticas sobre su gestión ha leído porque ya nadie se corta, por si acaso.

En el norte el presidente del PP Moliner ha venido a inventar una cumbre. La habilidad que tenía el PP para crear enemigos de fuera la ha recuperado Moliner y, a falta de Zapatero, a por Mas. El día antes de la consulta marcada para el día 9 habrá un almuerzo del PP en Vinaròs. Si fuera al revés dirían que es una provocación, pero resulta que son jornadas en contra de las fronteras.
El tema tiene poco recorrido en una provincia como la de Castellón, pero es una forma de levantar el brazo hacia Génova, hacia Valencia y hacia quien haga falta. La efectividad de la idea tiene el mismo valor que una foto de unos pies en una orilla caliente para Instagram. Postureo.

Artículo publicado en Las Provincias 29 de septiembre de 2014

lunes, 22 de septiembre de 2014

Diez pelis para ver una tarde lluviosa de otoño


El otoño es un bajonazo para la gente que, como yo, se trabaja la calle por gusto y por oficio. A mí lo que de verdad me gusta es brujulear y quedarse en casa es una opción aburrida. Pero una cosa no quita la otra: siempre nos quedará el cine, la emoción de la primera vez descubriendo una obra maestra. Como los replicantes yo también he visto cosas que vosotros no creeríais, la vida a través del celuloide. Aquí están las diez pelis para ver en una tarde lluviosa de otoño.

1.- Blade Runner. No precisa presentación y si todavía queda alguien que no la ha visto que se ponga a ello. Qué curioso, la primera vez que la vi era pequeñísimo y me pareció cursi pero, desde la tercera vez la última escena me cuesta contener la lágrima. Es hora de morir.

2.- Cosas que hacer en Denver (cuando estás muerto). Un tipo con un plan, un gánster bueno, cine policíaco y género negro. Muy entretenida y Andy García en el mejor papel de su vida.

3.- La soga. Elegir sólo una peli de Hitchcock es como elegir un alimento para comer el resto de tu vida. Esta peli introduce elementos nuevos como la idea del plano secuencia, todo en un mismo cuarto, y sólo va cambiando el día detrás de los ventanales.

4.- You’re the one. Vale. Garcí es insoportable, lento, aburrido, odioso… Lo mismo que su protagonista, Lidia Bosch, tonta, insoportable, aburrida, limitada… pero no sé qué tiene esta peli que me gusta. La música, las escenas lluviosas, no sé.

5.- Esplendor en la hierba. Una peli dedicada a un poema merece una oportunidad y más si está dirigida por Elia Kazan. Aparentemente fácil, no lo es, y además está el placer de ver a Natalie Wood antes de desparecer tras caer de su barco (inquietante) y de un joven Warren Beatty.

6.- Batman (El caballero oscuro). Admito que me flipa Cristopher Nolan y la trilogía que ha hecho de mi superhéroe favorito. Admito que me flipa Cristian Bale y que me caía bien hasta cuando hizo de psicópata en American Psico. Pero esta peli no sólo es entretenida, es un diez en su género.
 

7.- Los santos inocentes. Pocas veces una peli supera un libro. En este caso están equiparadas y es una de las principales joyas del cine español. “Es que a mí no me gusta el cine español”, pues no me hables, vale?

8.- Jackie Brown. Con Tarantino pasa como con Almodóvar (quietoooooos) hay veces que sólo una escena ya compensa el precio de la entrada. Vale, quitamos ‘Los amantes pasajeros’. Pero Jackie Brown es un peliculón que sólo por la canción de los créditos ya compensa.
 
 

9.- Desayuno con diamantes. Cuando tengo un día malo me voy a Tifanny’s, nada malo puede pasarte en Tifanny’s. Y punto. En realidad mola mucho la banda sonora, lo diferente de la historia y la crudeza de lo que oculta el personaje.
 

10.- Uno de los nuestros. Está en mi tercer puesto en la lista de pelis sobre la mafia. Scorsese debería ser una asignatura yo le perdono hasta ‘El aviador’ y esta es cumbre. A disfrutar