lunes, 21 de abril de 2014

Sobredosis de torrijas


Aterrizó (es un decir) esta semana en Castellón el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, para dar una conferencia. El jefe de los fiscales podría ser el heredero de un imperio de magdalenas con ese nombre, pero su vida ha corrido por otros derroteros. Hay gente que escapa a su apellido, verbigracia, y otros que cumplen con el oficio marcado por un nombre, como Pertegaz que nació con nombre de etiqueta o García Márquez de genio.

Torres-Dulce llegó convocado por el Foro Cívico que es como el FIB pero en charlas, y bajo su mecenazgo han pisado el casino de Castellón desde ministros a Aznar. El colectivo siempre convoca a los medios pero en muchas ocasiones la convocatoria se ciñe a una foto apresurada por la calle, como un posado playero de Anita Obregón, y ni hay declaraciones ni se puede entrar a la conferencia. Es el absurdo: convocar a los medios para no atenderlos, pero es lo que hay.

Es lo que viene siendo en el argot periodístico hacer puerta para nada. El fiscal general llegó con Fabra (Alberto) que tampoco dijo ni mú. Ni preguntas, ni respuestas, ni una botellita de gua. Pero que llegue alguien con renombre a la provincia ya es noticia ya que como mucho te puedes encontrar a los padres de la Campanario comprando un cupón o al reconocido estilista Juan Miguel (ex de Karina y hermano de Francisco Martínez) como jurado del concurso de paellas de Vall d’Alba.

Ese el ‘star system’ de la Plana. Ese y el actor Miguel Ángel Silvestre que patina por el Grao y se hace fotos en contra de las prospecciones en Columbretes. Torres-Dulce habló de la infanta (Cristina), de la corrupción y de la teoría judicial. Un rollo. Fabra puso cara de entenderlo todo mientras soportaba el calor de un abril que parece agosto. Un sofoco.

Menos mal que nuestros políticos disfrutan de sus merecidas vacaciones que a mí, humildemente, me tenían preocupado por esa sobrecarga. No es mi caso, yo no me muevo de aquí y alivio la inmovilidad con torrijas. En Castellón no es típico comer torrijas por Semana Santa, sino monas de Pasqua, pero en la cuestión postre soy muy tolerante y estoy abierto a todas las culturas y fiestas. Es lo que tiene vivir en una dieta permanente, que te la saltas también de forma permanente.

También Calles ha tenido su cuota esta semana. Como tránsfuga que es (por mucho que le moleste) se ha decidido que no tendrá ni asesor, ni aportación económica extra. El exsocialista mostró su felicidad porque, dijo, por fin podrá volver a ser concejal y podrá intervenir en plenos y alguna comisión, lo que nos hará estar pendientes a su nueva labor.

Castellón es así. De ahí que el jueves el Ayuntamiento de Castellón celebrara un penitente pleno. O sea, se habló de muchas cosas importantes y centradas en el día a día de la ciudad. Por ejemplo: de la posibilidad de una tercera república (con salidas de tono y desfases) o de la persecución de los gays en Uganda. Ese fue el panorama.

La única maniobra de coherencia vino de la mano de Enric Nomdedéu. Compromís había presentado una moción para rechazar de manera formal a los tránsfugas. No obstante, este punto del día daba bola a Calles para explicarse y seguro que hubiera acabado por entonar de nuevo el victimismo. De ahí que Nomdedéu, que siempre tiene claras las juagadas con antelación, retirara su protesta formal. No hay mayor desprecio que no hacer a precio. Calles parecía atento, pero su papel sigue siendo el de una rima asonante. El trinque es una adjunción, la suya.

Hablando de pasta. La Diputación cuenta con un nuevo asesor. Se trata del alcalde de Benassal, Baudilio Martínez, quien asume ahora la gestión de la marca ‘Castellón, ruta de sabor’. Se trata de la estrella de la institución para convertir a Castellón en algo más que una provincia con un aeropuerto sobre la peineta para dar paso a la gastronomía como futuro cosa que, por otro lado, siempre se había hecho.

La marca, impulsada por Javier Moliner, ha conseguido ilusionar al sector de restaurantes y productores de materias primas bajo un paraguas común. Conquistar por el estómago al precio que sea. En eso Javier Moliner y yo siempre estaremos de acuerdo.
Artículo publicado en Las Provincias, 21 de abril de 2014

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