Bataller ha hecho las
Valencias. Igual que hubo un tiempo en que las folclóricas rellenaban baúles y
los arrastraban por las Américas, el alcalde de Castellón se subió al pedestal
de las conferencias para hablar de lo suyo. Uno elige a veces lo que dice dependiendo
del público y se olvida de que hoy en día la aldea global arrasa con todo.
Esto es un mal común
que nos pasa mucho a los de pueblo, que nos quedamos deslumbrados con la
avenida Peris y Valero como si fuera el cartel de Las Vegas. Ya lo retrató muy
bien Paco Martínez Soria cuando preguntaba por la calle Anchota en vez de
Atocha en la ‘Ciudad no es para mí’. Menos mal que siempre hay políticos de la
capital que nos alumbran y defienden más vacaciones para que los diputados
vayan a las verbenas. Pedro Masó retrató al cateto que llegaba a la capital con
gallinas bajo el brazo y no es que hayamos avanzado mucho.
Pero ya digo, Bataller
insistió: a él le gustaría seguir siendo alcalde y espera que su imputación por
Gürtel quede archivada antes de las elecciones.
Luego expuso hitos
urbanos de la ciudad de Castellón como propios, pero a los diez minutos la
oposición le estaba recordando que más que hitos, son desastres: el tranvía que
no arranca, las obras en el parque Ribalta, el PGOU anulado…
Algo parecido le ha
pasado a Alberto Fabra. Cuando el presidente fue elegido en Valencia se
incendió un fuego llamado la conquista de Castellón. Fue el tiempo en que el
exalcalde de la capital aterrizó con varias personas de la provincia para
desarrollar el cargo. Poco menos que fue visto como el resurgir de Jaume I y la
conquista de una provincia sobre otra.
Pero Alberto Fabra ha
caído en el efecto Peris y Valero y lo que defendía ante una parroquia
(Castellón) nada tiene que ver con lo que ahora dice (Comunitat). Contextualizo:
en la provincia el debate valenciano/catalán nunca ha tenido recorrido y pese a
ser la zona fronteriza nunca ha habido demasiados conflictos, todo lo
contrario. Se acepta con normalidad.
Es decir, aquí te
llaman ‘noi’ de la misma manera que en Segorbe te pueden llamar ‘maño’, pero
nunca nadie te llama ‘nano’. Por eso Alberto Fabra defendía en su alcaldía lareciprocidad de ver TV3 y Canal 9 en ambas comunidades y aceptaba les Normes
del 32. El discurso ha virado mucho y con pragmatismo facilón apunto a que debe
ser por motivos electorales, como siempre. Amnesia selectiva.
Otra de las
triunfadoras de la semana ha sido Clara Tirado. La socialista, siempre adosada
a una imagen de Cleopatra, destapó el ‘caso Cooperación’, que ha sido su gran
éxito profesional. Tirado, de la ejecutiva de la capital, hubo un tiempo en que
se vio como la gran esperanza del socialismo en Castellón: era la mujer de
Alarte en la provincia y contaba con muchos apoyos. El problema es que en su
casa nunca los ha tenido. Tirado es una más de las eternas promesas que ha
calentado banquillo y ha asistido a guerras internas sin precedentes.
Pero esta semana ha
asistido a declarar como testigo contra Blasco rodeada de cámaras, preguntas y
compañeros. Cada uno tiene su momento.
Hablando de conquistas,
a partir de mañana la provincia se traslada a Valencia. Empieza la nueva
edición de Cevisama donde se concentra todo el poder empresarial de la
provincia por unos días. Las expectativas son buenas para una de las
principales industrias de España que sigue luchando por levantar el mercado
nacional que sigue bajo mínimos.
La tabla de salvación
sigue siendo la exportación pero el sector siempre es un termómetro de la
economía provincial y ha cerrado el año creando empleo, que es lo que hace
falta.
Por cierto que la
Cámara de Comercio trata de recuperar la normalidad tras la marcha de Fabra
(Carlos) y ha ratificado los puestos provisionales a la espera de la aprobación
de la Ley de Cámaras. Joaquín Andrés y Mª Jesús Arenós suplen la ausencia junto
a Lola Guillamón. Hay ausencias que pesan tanto que ni lo creemos y más en
Castellón, esa isla llena de contrastes. Pero con una isla y un solo hombre
Defoe escribió una obra maestra.
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