lunes, 31 de marzo de 2014

Los cuentos de hadas existen

Para ti amiga
 
Érase una vez, en un pequeño reino lleno de luz y gaiatas, habitaba un alcalde que todas las noches, mirando a las estrellas, pedía poder seguir siendo primer edil. Pero el alcalde tenía un jefe que le ponía condiciones. Igual que la madrastra de Cenicienta que le promete que le permitirá ir a la fiesta si antes cumple sus tareas. Eso era una treta (la de la madrastra) porque cada vez le mandaba más cosas y al final Cenicienta se rinde.
 

Disney se ha adueñado de nuestra imaginación asumiendo como propias las historias populares y los cuentos de los Hermanos Grimm y Perrault. Durante generaciones y generaciones sus valores perviven de forma permeable creando los adultos que somos. Esperando un hada madrina, un príncipe o enseñando que la muerte es cruel, aunque la soledad y la desgracia te redimen. Cuentos.

Llegados a este punto: los cuentos de hadas existen. El alcalde Bataller ha recibido otro aviso esta semana en forma de látigo porque el presidente del PP en Castellón le ha avisado: si sigue imputado no podrá ser candidato.

Lo que no ha dicho Javier Moliner es que incluso se le ha pasado por la cabeza que él mismo sería el mejor cartel y que se ve capaz para presidir la Diputación y ser alcalde de Castellón. Digo que es un pensamiento, no una posibilidad, de ahí el matiz.

Bataller se ha tenido que subir al trepidante mundo de la primera fila política con el tren en marcha. Ahora ya está todo controlado e intenta jugar sus cartas si bien enfrente tiene a varios campeones de póker.

La semana grande de Castellón ha sido, en el plano político, más de lo mismo. En el festivo un poco también, la verdad. Ha habido políticos que no se habrán gastado ni tres euros para llenar la panza a base de visitas. Esto no lo digo por criticar, sino desde la preocupación por la salud de nuestros líderes. La fritanga y los platos de arroz tienen un límite y entre 'ximo' y 'tortilla de faves' el colesterol crece.

Como reseñable está el hecho de que Juan María Calles ha ganado un premio literario (el Miguel Hernández de poesía). Un artista atormentado. Ahora ya sabemos a qué se dedica, lo que es un avance. El exsubdelegado del Gobierno representa lo peor de un cargo público, se ha negado a dimitir después de ser pillado conduciendo triplicando la tasa de alcoholemia y lo peor es que ha retratado también al secretario general de su partido.

Ximo Puig pide contundencia a Fabra pero no actúa igual con Calles. Todos se esfuerzan para que los ciudadanos piensen que todos los políticos son iguales, la verdad. Al menos parece que se le ha abierto un expediente (otro más) y podría pasar al grupo de los no adscritos que tiene una rima complicada.

Menos mal que cuando los políticos deciden tirarse a la bartola, la justicia nos enseña el camino. De ahí que la Fiscalía haya decidido ampliar las imputaciones al secretario y la interventora de la Diputación por el sistema de cobro de la corrida de la Beneficencia. Carlos Fabra y Francisco Martínez dijeron que nadie había puesto reparos legales a su actuación y ahora les toca el turno a los técnicos.

Por otro lado, hay nuevo presidente para la Audiencia Provincial. El Consejo General del Poder Judicial ha elegido al progresista José Manuel Marco Sos en sustitución de Carlos Domínguez, que pertenecía a la asociación Jueces Francisco de Vitoria. Muchos se han apresurado a aventurar nuevos tiempos en la Justicia de la provincia. Yo aventuro lo mismo, pero soy un descreído malpensado.

La semana en que España lloró a Suárez, Castellón también lo hizo por María José Valtueña. Si algo les une es el maltrato que sufrieron de los suyos en vida y que se trató de reparar cuando ya no había remedio. Machado dijo que España es el país que mejor entierra a sus muertos después de haberlos matado.
 

Ese ha sido el caso de Valtueña a la que tanto intentaron boicotear dentro de las filas de su partido y esos mismos, ahora se arrepienten. La política es una de las profesiones más crueles que existen y en la mayoría de los casos sólo sobreviven los peores, el resto están de paso como en la vida. Yo me siento un poco como Bambi y como Simba por la pérdida pero por mucho que lo intente, no me sale ninguna canción al paso.
Artículo publicado en Las Provincias, 31-03-2014

jueves, 27 de marzo de 2014

Mary Jou, hasta ahora


Mary Jou, anda que ya te vale, guapa. No puedo reprocharte nada, querida, porque sé que no querías irte, pero soy un egoísta y me da rabia no verte más y que intentes arreglarme la cabeza.

Siempre la primera en casi todo, en tu línea. Ay mi Mary Jou, mi Hierbas, mi amiga! A ver ahora cómo nos las apañamos. Quién nos los iba a decir a los dos que al final íbamos a ser amigos. Yo, siempre te lo digo, por principios no me hago amigo de ningún político, pero siempre has sido diferente.

Recuerdo que fuiste la primera política a la que entrevisté y mi primera rueda de prensa. Ya ves, a mí el periodismo me servido para conocerte. Sólo por eso ya ha valido la pena. Me pongo sentimental y no es plan. Todavía no he conseguido recopilar todos los recortes de prensa de las cosas que escribía de aquella época.

Ya sé que nunca has entendido que te llamáramos la Hierbas, pero has sabido perdonar al hijo puta que llevo dentro, la prensa somos así de cabrona. Pero te reías. Lo nuestro era inofensivo, no como los miserables que sí que te hicieron daño y que ahora querrán limpiarse el alma.

Ya lo sé, no te gusta que hable mal de ellos. Ni siquiera cuando te hacían la vida imposible te gustaba pero es que… Qué injusto hostia. Ni siquiera saben tú edad… en fin. A ver ahora Rober, Ana, Karen y yo cómo nos apañamos.

Tú organizando todo y preguntando. Espero no olvidarme de tu voz y tu muletilla ‘vamos, no sé’. De tus lecciones y tus abrazos, tus confusiones.

Qué rabia, tía, de verdad. Seguro que ya andas liándola por ahí arriba, Pepa como te llama Santi, arreglando cosas y poniéndote al lado de los débiles, ayudando.

Nunca juzgas a nadie y sólo haces el bien. Las palabras autenticidad y bondad se quedan cortas para definirte, amiga. Me da rabia, mucha, que te hayas ido, que la puta muerte sea así y corte las cosas a medias.

Ya ves hija, aquí pasaremos un rato, como los que hemos pasado en tu terraza, en tu compañía, cuando el día de tu cumpleaños eras tú la que nos regalabas cosas. Hoy no era el día, ninguno hubiera sido bueno. Te quiero amiga y lo sabes.

Te quiero. Te quiero. Te quiero. Ha sido nuestro último Watshapp. Es verdad. Hasta ahora.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El Mick Jagger de esta esquina


Con el tiempo corriendo ajetreado hacia la primavera Castellón convocó un pleno. Ya son ganas, la verdad. Lo que pasa es que en el salón de plenos de la capital no crecen las buganvillas ni trepan las enredaderas por las paredes, afloran las protestas.

El alcalde de la ciudad ha tenido que aprender de forma rápida el arte de la política, el del desalojo y el de darse garbeos por el TSJ, todo a la vez, ampliando currículum. Esta semana le tocó el turno a los de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca que reclamaban que el Ayuntamiento eliminara el cobro de las plusvalías a los desahuciados.

Bataller llamó al orden en varias ocasiones en vano y al final tuvo que pedir que se desalojara el pleno. Más o menos lo mismo que ocurrió en el anterior pleno cuando los que protestaban eran los de la Marjaleria. No gana para disgustos porque una encuesta entre los vecinos, aliñada con sal gorda, puntuaba a Miguel Ángel Mulet como el mejor valorado y la plata fue para Amparo Marco.

A mí las encuestas me gustan lo mismo que el polígrafo de Conchita, para echar unas risas, pero el sondeo ha sentado como un tiro. A todos nos pasaría lo mismo si nuestros enemigos sacaran ventaja en una encuesta. Es la suerte de no ser nadie: ni te imputan, ni te puntúan y no tienes cuentas en Suiza (como mucho un primo que te agencia chocolate).

Esta semana la ausencia de movidas políticas en la Comunitat a causa del parón fallero la ha suplido el Mick Jagger de esta esquina de la autonomía (o sea, Carlos Fabra). Aprovechó que pasaba por los juzgados para anticiparse al Día del Padre y darle unos tiritos a Javier Moliner, el que fuera su hijo. Porque Carlos Fabra tiene hijos biológicos (cuatro) y por lo menos 200 políticos.
 

La espera se hizo eterna porque Fabra estaba citado a las 10 de la mañana y los medios llegamos antes de las 9.00 para coger sitio y así estuvimos, haciendo puerta hasta casi las 14.00. Pero, admitámoslo, la espera valió la pena porque vivimos un nuevo ataque del exdueño del aeropuerto hacia el actual líder provincial.

Carlos Fabra también dijo que sólo había hablado una vez con Sonia Castedo y que un señor de Gürtel vino a ofrecerle chanchullos pero él lo mandó a paseo. Esto no tenía nada que ver con el juicio, pero era actualidad porque un informe de Hacienda apuntaba a su intervención en la red valenciana. “No voy a presumir de listo, pero tonto, tonto, tampoco soy”. Enseguida hubo quien interpretó que el que había venido había sido el Bigotes en busca de negocio pero pinchó. Aquí siempre hemos estado sobrado de bigotes y los negocios los hacían otros. La risa va por barrios y los tejemanejes, también.

Hablando de bigotes. Paco Martínez llegó hasta la Ciudad de la Justicia bastante tarde. Pero lo hizo sonriendo. Por un momento temí que en vez de declarar procediera a inaugurar algo dada su afición a las placas y al folclore. Martínez dijo luego que le avalan todos los informes técnicos, que es verdad, y se marchó repartiendo besos y abrazos camino hacia Vall d’Alba.

Lo que la Fiscalía quiere saber es si por aquel entonces la Diputación endosaba entradas a los ayuntamientos para la corrida benéfica de la Beneficencia y luego, para cobrar, se restaba el dinero que le tocaba a cada pueblo de sus subvenciones. El PSPV ha reclamado una junta de portavoces para saber qué ha pasado, lo que no deja de ser curioso ya que, en todos estos años nunca ningún alcalde socialista ha criticado el asunto: ni Puig, ni Colomer.

Tampoco el anuncio socialista de presentarse como acusación particular en la causa ha cuajado. Nada se sabe. Con este panorama la provincia hervirá estos días con la Magdalena. Ya saben, ‘la gaiata és un esclat de llum, sense foc ni fum’. Ese es el espíritu: darlo todo pero sólo a medias.

domingo, 23 de marzo de 2014

La infelicidad


Me he despertado en contra del día. Debían ser las 6.00 y no sé por qué estaba soñando que vivía en Australia. He prolongado el sueño en la realidad porque una de mis aficiones es justamente soñar despierto.

Enseguida he caído en que era domingo, pero hay vidas en las que el festivo se emborrona como un privilegio de otros, de una gran cantidad de personas que no lo merecen, y he concluido qué algo estaré haciendo mal para que una gota de agua desdibuje la tinta en que se imprime la felicidad.

Me hubiera gustado levantarme poco a poco y pensar en la plancha, en hacer los baños o en desayunar en el balcón. En pronosticar una ilusión, un viaje o un corto plazo de libertad. No ha sido posible.

He pensado en los hospitales, en la gente que en ese momento estaría muriendo o naciendo. Porque son las dos cosas trascendentales de la existencia. Luego, bajo la ducha, he recordado aquella época en que tenía una libreta de sueños. Dónde estará. Pero no en sueños conscientes, sino en aquellos que te interrumpen la realidad y te despiertan a media noche. Es una cosa del psicoanálisis, tener una libreta a pie de mesilla y apuntar de lo que te acuerdes.

He recordado la injusticia, el desapego y la desidia que se van cosiendo al vivir. Algo estaré haciendo mal para no encontrar alivio. No te lo mereces. Esas palabras han funcionado como un rapto de lucidez mientras me afeitaba, me vestía y empujaba un café con leche rápido mientras hacía la cama.

Ni por comparación, ni por asomo, ni por terapia. El día ha decidido ponerse en marcha. La vida es demasiado corta para no perdonar o no vivirla.

lunes, 17 de marzo de 2014

Toblerones caducados


No es por dármelas de listillo, pero esto ya lo sabía yo. Lo suelto: es más fácil encontrar al amor de tu vida que ver un avión aterrizando en Castellón. Iba a decir que es más fácil que te toque la lotería pero, donde esté el amor, que se quite el dinero, qué caramba.

Y esto que voy a decir ahora es todavía más contundente: el aeropuerto está gafado, o no me lo explico. No puede ser futo de la casualidad ni de una gestión catastrófica, el aeropuerto atrae la mala suerte (y no vale decir que lo ha mirado un tuerto, por favor).

Cuando ya estaba claro todo y una multinacional seria y prestigiosa se hacía cargo de la base, ahora no se puede firmar el contrato porque otra empresa ha recurrido la licitación. Siendo optimistas, llegará un avión en 2015. Esto es lo mismo que cuando dijimos que sería en 2014, en 2103… y así hasta 2006, que fue la primera fecha que la administración dio como apertura del aeropuerto.

Y justo este mes se cumplen tres años de la inauguración de la infraestructura que fue el momento más surrealista de los últimos que se recuerdan en Castellón. A la cita acudió todo el mundo: empresarios, el clero, políticos, periodistas, artistas, familia y media provincia. Por momentos la inauguración pareció un ‘after’.

De todo, lo que más me inquieta es pensar que habrá pasado con las máquinas expendedoras de chucherías que se instalaron. Días antes de la inauguración (o lo que fuera) se envió a un operario para que llenara las máquinas de avituallamiento clásico de un ‘duty free’ a base de un símbolo de las esperas aeroportuarias: el toblerone. Cada vez que escribo sobre el aeropuerto pienso lo mismo: allí estarán, muertos de risa o caducados.

Pero vamos a ponernos estupendos porque la provincia está que trina con Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid también está inmiscuido en la planta de gas Castor (vamos, que es suya) y ha dicho que vaya tontería asustarse por unos terremotos de nada. Se refería a lo que sucedió en el Maestrat hace unos meses y que obligó a paralizar las inyecciones de gas en el subsuelo. Los temblores pusieron en alerta a los vecinos, políticos así como geólogos y expertos que dieron la voz de alarma.

Eso y que el almacén de gas no hace ninguna falta. Pérez lo dice a sabiendas de que si ahora se paraliza el proyecto le tocan 1.800 millones de euros para seguir comprando ronaldos o lo que sea. El negocio le ha salido redondo al don.

Es lo que pasa cuando eres dueño de tantas cosas, que crees estar por encima del bien y del mal e, incluso, de la naturaleza. El dinero (carretillas llenas, digo) mueve al cinismo. Es como decir que las guerras son necesarias pero decirlo ante un buen filete con patatas.

Las declaraciones no han pasado desapercibidas y ha provocado la furia de Javier Moliner quien ha tachado a Florentino de frívolo. Doy por hecho que le quería decir otras cosas, pero la corrección política va por delante. El líder del PP aprovechó también para culpar a Zetapé del Castor y los temblores siguientes porque toda ocasión es buena para recordar al expresidente como creador de las siete plagas para la provincia. Es una pieza amortizada, pero lo de la herencia recibida es una cosa que sigue funcionando y de paso se salva al ministro Soria del asunto.

Por cierto. Hoy mismo tenemos cita en los juzgados. Me refiero a los periodistas (y por trabajo). Carlos Fabra acude como imputado a declarar en medio de una diligencias previas para ver si prevaricó en el caso de las entradas de toros de la corrida de la Beneficencia.

Cada zona de la Comunitat tiene su propia falla. En el regreso estaremos pendientes de las declaraciones a pie de juzgado porque, al ser una investigación, será todo a puerta cerrada. Fabra hará de nuevo el paseíllo esta vez acompañado de uno de sus espadachines, Francisco Martínez, que también está adosado a la causa de la corrida benéfica.

La expectación está servida como una mascletà o un guiso a fuego lento. No quiero volver a pecar de sabiondo, pero me da que se va a armar porque llevo muchas funciones de circo bajo las cervicales de mi pasado como cronista de la cosa política. Por si acaso, estén atentos a la web de Las Provincias. Aviso.

Artículo publicado en Las Provincias, 17 de marzo de 2014

lunes, 10 de marzo de 2014

Ningún hombre me conmovió


Ningún hombre me conmovió. Esto lo dice Emily Dickinson en uno de sus célebres poemas: salí temprano, llevé a mi perro, visité el mar. Y los versos me golpearon las sienes como un dolor de cabeza pero al revés. Fue en el acto en que el presidente Fabra presentó la adjudicación del aeropuerto.

Hasta el momento había políticos que me habían generado rechazo, admiración, mosqueo tirando a cabreo y hasta urticaria. Pero ninguno me había conmovido y generado tal desasosiego hasta tal punto de evitar una pregunta. Debe ser la edad o el exceso de titulares, pero en el acto me pareció ver a un presidente sin rumbo y, perdón por la comparación, como un guerrillero de esos románticos que describe Almudena Grandes, sin darse cuenta de que defienden lo que ya está perdido.

Fabra llegaba a Castellón para anunciar algo positivo: había conseguido reconducir el futuro del aeropuerto. En realidad eso ya se sabía (la adjudicación, digo) así que todos esperábamos detalles, pero no los hubo. Cuando un político anuncia nada quedan dos opciones: o acribillar a preguntas o que meta la pata.
 

Pasaron las dos cosas, la verdad. Dijo Fabra que cuando llegue el primer avión hará una fiesta. Pero tal vez, y tirando de clásicos populares como Paloma San Basilio, tal vez, ya digo, para entonces, la fiesta haya terminado.

Fue una frase escapada entre la risa, mirando a sus colegas, pero ya teníamos el titular a falta de saber más. Lo mismo, en otro momento, habría pasado desapercibido, pero con las cifras del paro galopando y subiendo y creciendo y las crisis que no cesan, la frase de la fiesta desplazó todo lo demás.

Al calor de la convocatoria llegaron medios de todos lados y pronto surgieron las preguntas incómodas, como qué pasa con Milagrosa Martínez. Fabra aludió a su doctrina que parece el preludio de un final cercano: “no nos podemos permitir estas cosas”. Es decir, no puede haber imputados “y que alguien no acuda a un pleno por tener un juicio”. Pero lo dijo con el alcalde de Castellón a su derecha, imputado por Gürtel, que miraba al suelo por si las moscas.

A cada pregunta, una improvisación. Y ahí es donde empezó a crecer el desasosiego, el mismo, por cierto, que me ha generado el cartel electoral de Ximo Puig, dicho sea de paso. Ni la falda ‘animal print’ de Esther Pastor me devolvieron al presente y ahí es donde se nos escapó la pregunta: ¿qué diferencia hay entre Alfonso Bataller y Milagrosa Martínez? Ahora ya es retórica, disculpen la negligencia.

Para que me entiendan, fue como en la escena de la película ‘Sospecha’ donde Hitchcock introdujo una bombilla dentro de un vaso de leche para advertirnos: aquello indicaba algo (algo malo, claro). Y así fue. Es decir, el Consell es débil hasta en las buenas nuevas porque hay demasiados agujeros en proa, en popa y hasta en las velas.  Todavía quedan, eso sí, músicos tocando ante el pánico.
 

La casualidad quiso que el viernes por la noche el presidente de la Generalitat cenara en el restaurante Como Antes del centro de Castellón. Lo hizo frente a una de las cristaleras del local con vistas a la plaza Tetuán mientras fuera había una manifestación en contra de las políticas del Consell. La imagen era como la de un espejo encontrado, un reflejo turbio del presente entre tapa y tapa.

El segundo gran protagonista ha sido Carlos Domínguez. El presidente de la Audiencia (ahora ya expresidente) escarbó en su trayectoria para confesar que el ‘caso Fabra’ le había perjudicado. “Por desgracia para mí, este caso me ha perseguido y por mucho que lo he intentado, no he conseguido quedar al margen”.

El juez nos ha acostumbrado en esta década a sus impecables corbatas y a la gomina (en el pelo, no en la corbata). Aunque se abstuvo y se apartó del proceso por conocer a Fabra por los cargos que ambos ocupaban, el juicio más mediático de la provincia le ha pasado factura. No es el único, los hay que han hecho fortuna con el proceso y otros han caído en un abismo, como el propio expresidente del PP.

Dijo Domínguez que la Comunitat debería crear tribunales exclusivos para atender los casos de corrupción ante la saturación del TSJCV. Somos una tierra de excesos, hemos pasado de construir apartamentos a construir corruptos (presuntos), aunque los corruptos son como las setas, se crean solos sin que les ayudemos, solo precisan de nuestra indolencia y capacidad para hacer como que aquí no pasa nada.

Hace tiempo una empresa organizaba excursiones por nuestra autonomía en busca de símbolos de la catástrofe: del trencadís al aeropuerto de Vilanova d’Alcolea, todo por el mismo precio. Aquí producimos más talento y muchas más cosas, pero la mala prensa tiene siempre mejor salida. Estamos solos.

Artículo publicado en Las Provincias 10 de marzo de 2014 

 

 

lunes, 3 de marzo de 2014

Lo que el odio ha unido

Cuando James Dean murió dando vida a su leyenda inmortal su compañero Steve McQueen no ocultó su alegría ya que se le abrían nuevas oportunidades de trabajo. No era nuevo. El refranero lo define muy bien: el muerto al hoyo… Las enemistades íntimas del Hollywood dorado forman parte de su propia esencia, como el odio ancestral entre Bette Davis y Joan Crawford o las hermanas Olivia de Havilland y Joan Fontaine.

En la política, como en la vida, pasa lo mismo. Que se lo digan a Aguirre y Gallardón o, por ser más contemporáneos, a Fabra y a Monago que sirven una versión descafeinada de ‘Qué fue de Baby Jane’ pero sin gracia ni escenas memorables. Seamos sinceros, no hay nada que una más que un enemigo en común. Conozco amistades tabicadas a base de odios compartidos pero a veces, la visceralidad hace olvidar el objetivo.

Es lo que pasaba esta semana en Castellón. En plena crisis de la depuradora y con el PP sangrando por la herida, la sorpresa la dieron los dos líderes de la oposición: Francesc Colomer y Enric Nomdedéu protagonizaban el duelo y dejaban escapar el hecho de que una diputada (Esther Pallardó) citara a Melendi (no es broma) como si fuera Descartes.

El socialista se atribuyó el mérito de haber destapado el giro argumental de la legislatura. Pero no. Es de justicia admitir que había sido Compromís, que ahora mismo es el principal callo para los populares. Nomdedéu, que nunca se corta ni un pelo, acusó a Colomer de poco compañerismo y se reivindicó la piel de oso.

Fue un momento tenso y agrio como una aceituna verde en el árbol que trasciende del calentón: entre la oposición no hay cercanía, ni se espera. Compromís ha conseguido elevar a categoría de actualidad sus denuncias: las prospecciones, la privatización del Provincial o la propia depuradora. Sus éxitos se miden en titulares y en explicaciones del equipo de gobierno.

La sintonía no existe y Nomdedéu sigue el camino de las baldosas amarillas como Dorothy. Oz son las urnas, claro. El histórico líder igual hace de hombre de hojalata que de león, depende del día. El socialismo de Castellón lleva tiempo de capa caída y la idea de que Colomer piensa en el Congreso de los Diputados, no ayuda. Además, la ausencia de Carlos Fabra ha dejado al exalcalde de Benicàssim sin parte del oxígeno que tenía.

El pleno de la Diputación del martes dio para mucho, tanto como una ‘fiespijama’ de Castedo, y los periodistas aliviaban el sopor a base de mensajes entre ellos. A muchos nos gustaría cubrir la ‘red carpet’ y el Wathsapp es la vía de escape para los sueños.

Uno de los grandes protagonistas fue Adelino Santamaría quien bajaba el telón tras 15 años. Sin alfombra roja, el ya exalcalde de Borriol se aceró a los medios para hacer declaraciones y sacó a pasear la lengua.

Habló de una conspiración para que dejara la política y de una trampa. Depende con quien hables se refería a la oposición a sus compañeros de filas. Lo único que dejó clarito es que va a vivir la Magdalena con sus nietos, que es lo mismo que dijo Carlos Fabra en la despedida, no lo de la Magdalena, sino lo de los nietos. Ya en su pueblo, en su pleno, dijo que la política da asco. Ese fue el punto final a su carrera, una declaración de principios.

Otro de los grandes protagonistas ha sido Bataller (Alfonso), el anestesista que colgó la bata por la política. El primer edil no sólo ha declarado de nuevo por Gürtel sino que ha insistido en que quiere ser alcalde y, una vez más, se quedó con el eco como acompañante porque nadie las tiene claras por varias razones. Su imputación se complica, nunca se ha enfrentado a una batalla electoral como número uno y hay varias voces discordantes dentro del partido. 

Todo sumado explica el hecho de que el alcalde inaugure un semáforo.

Sólo nos faltaba el informe del Defensor del Pueblo que vino a decir que el aeropuerto es un poco como un chiste pero sin gracia. No es que la señora defensora haya descubierto la pólvora, pero parece feo que hasta las revistas de Oriente Medio y los semanarios de Nueva York reparen en el aeropuerto y la defensora mire hacia otro lado. Yo me acordé de lo que dijo Carlos Fabra: “Dicen que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones. No han entendido nada, es un aeropuerto para las personas”. Pues eso. Ahora no nos quejemos. 

Artículo publicado en Las Provincias 3-3-2014