lunes, 17 de marzo de 2014

Toblerones caducados


No es por dármelas de listillo, pero esto ya lo sabía yo. Lo suelto: es más fácil encontrar al amor de tu vida que ver un avión aterrizando en Castellón. Iba a decir que es más fácil que te toque la lotería pero, donde esté el amor, que se quite el dinero, qué caramba.

Y esto que voy a decir ahora es todavía más contundente: el aeropuerto está gafado, o no me lo explico. No puede ser futo de la casualidad ni de una gestión catastrófica, el aeropuerto atrae la mala suerte (y no vale decir que lo ha mirado un tuerto, por favor).

Cuando ya estaba claro todo y una multinacional seria y prestigiosa se hacía cargo de la base, ahora no se puede firmar el contrato porque otra empresa ha recurrido la licitación. Siendo optimistas, llegará un avión en 2015. Esto es lo mismo que cuando dijimos que sería en 2014, en 2103… y así hasta 2006, que fue la primera fecha que la administración dio como apertura del aeropuerto.

Y justo este mes se cumplen tres años de la inauguración de la infraestructura que fue el momento más surrealista de los últimos que se recuerdan en Castellón. A la cita acudió todo el mundo: empresarios, el clero, políticos, periodistas, artistas, familia y media provincia. Por momentos la inauguración pareció un ‘after’.

De todo, lo que más me inquieta es pensar que habrá pasado con las máquinas expendedoras de chucherías que se instalaron. Días antes de la inauguración (o lo que fuera) se envió a un operario para que llenara las máquinas de avituallamiento clásico de un ‘duty free’ a base de un símbolo de las esperas aeroportuarias: el toblerone. Cada vez que escribo sobre el aeropuerto pienso lo mismo: allí estarán, muertos de risa o caducados.

Pero vamos a ponernos estupendos porque la provincia está que trina con Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid también está inmiscuido en la planta de gas Castor (vamos, que es suya) y ha dicho que vaya tontería asustarse por unos terremotos de nada. Se refería a lo que sucedió en el Maestrat hace unos meses y que obligó a paralizar las inyecciones de gas en el subsuelo. Los temblores pusieron en alerta a los vecinos, políticos así como geólogos y expertos que dieron la voz de alarma.

Eso y que el almacén de gas no hace ninguna falta. Pérez lo dice a sabiendas de que si ahora se paraliza el proyecto le tocan 1.800 millones de euros para seguir comprando ronaldos o lo que sea. El negocio le ha salido redondo al don.

Es lo que pasa cuando eres dueño de tantas cosas, que crees estar por encima del bien y del mal e, incluso, de la naturaleza. El dinero (carretillas llenas, digo) mueve al cinismo. Es como decir que las guerras son necesarias pero decirlo ante un buen filete con patatas.

Las declaraciones no han pasado desapercibidas y ha provocado la furia de Javier Moliner quien ha tachado a Florentino de frívolo. Doy por hecho que le quería decir otras cosas, pero la corrección política va por delante. El líder del PP aprovechó también para culpar a Zetapé del Castor y los temblores siguientes porque toda ocasión es buena para recordar al expresidente como creador de las siete plagas para la provincia. Es una pieza amortizada, pero lo de la herencia recibida es una cosa que sigue funcionando y de paso se salva al ministro Soria del asunto.

Por cierto. Hoy mismo tenemos cita en los juzgados. Me refiero a los periodistas (y por trabajo). Carlos Fabra acude como imputado a declarar en medio de una diligencias previas para ver si prevaricó en el caso de las entradas de toros de la corrida de la Beneficencia.

Cada zona de la Comunitat tiene su propia falla. En el regreso estaremos pendientes de las declaraciones a pie de juzgado porque, al ser una investigación, será todo a puerta cerrada. Fabra hará de nuevo el paseíllo esta vez acompañado de uno de sus espadachines, Francisco Martínez, que también está adosado a la causa de la corrida benéfica.

La expectación está servida como una mascletà o un guiso a fuego lento. No quiero volver a pecar de sabiondo, pero me da que se va a armar porque llevo muchas funciones de circo bajo las cervicales de mi pasado como cronista de la cosa política. Por si acaso, estén atentos a la web de Las Provincias. Aviso.

Artículo publicado en Las Provincias, 17 de marzo de 2014

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