No es por dármelas de
listillo, pero esto ya lo sabía yo. Lo suelto: es más fácil encontrar al amor
de tu vida que ver un avión aterrizando en Castellón. Iba a decir que es más
fácil que te toque la lotería pero, donde esté el amor, que se quite el dinero,
qué caramba.
Y esto que voy a decir
ahora es todavía más contundente: el aeropuerto está gafado, o no me lo
explico. No puede ser futo de la casualidad ni de una gestión catastrófica, el
aeropuerto atrae la mala suerte (y no vale decir que lo ha mirado un tuerto,
por favor).
Cuando ya estaba claro
todo y una multinacional seria y prestigiosa se hacía cargo de la base, ahora
no se puede firmar el contrato porque otra empresa ha recurrido la licitación.
Siendo optimistas, llegará un avión en 2015. Esto es lo mismo que cuando
dijimos que sería en 2014, en 2103… y así hasta 2006, que fue la primera fecha
que la administración dio como apertura del aeropuerto.
Y justo este mes se
cumplen tres años de la inauguración de la infraestructura que fue el momento
más surrealista de los últimos que se recuerdan en Castellón. A la cita acudió
todo el mundo: empresarios, el clero, políticos, periodistas, artistas, familia
y media provincia. Por momentos la inauguración pareció un ‘after’.
De todo, lo que más me
inquieta es pensar que habrá pasado con las máquinas expendedoras de chucherías
que se instalaron. Días antes de la inauguración (o lo que fuera) se envió a un
operario para que llenara las máquinas de avituallamiento clásico de un ‘duty
free’ a base de un símbolo de las esperas aeroportuarias: el toblerone. Cada
vez que escribo sobre el aeropuerto pienso lo mismo: allí estarán, muertos de
risa o caducados.
Pero vamos a ponernos
estupendos porque la provincia está que trina con Florentino Pérez. El
presidente del Real Madrid también está inmiscuido en la planta de gas Castor
(vamos, que es suya) y ha dicho que vaya tontería asustarse por unos terremotos
de nada. Se refería a lo que sucedió en el Maestrat hace unos meses y que
obligó a paralizar las inyecciones de gas en el subsuelo. Los temblores
pusieron en alerta a los vecinos, políticos así como geólogos y expertos que
dieron la voz de alarma.
Eso y que el almacén de
gas no hace ninguna falta. Pérez lo dice a sabiendas de que si ahora se paraliza
el proyecto le tocan 1.800 millones de euros para seguir comprando ronaldos o
lo que sea. El negocio le ha salido redondo al don.
Es lo que pasa cuando
eres dueño de tantas cosas, que crees estar por encima del bien y del mal e,
incluso, de la naturaleza. El dinero (carretillas llenas, digo) mueve al
cinismo. Es como decir que las guerras son necesarias pero decirlo ante un buen
filete con patatas.
Las declaraciones no
han pasado desapercibidas y ha provocado la furia de Javier Moliner quien ha
tachado a Florentino de frívolo. Doy por hecho que le quería decir otras cosas,
pero la corrección política va por delante. El líder del PP aprovechó también para
culpar a Zetapé del Castor y los temblores siguientes porque toda ocasión es
buena para recordar al expresidente como creador de las siete plagas para la
provincia. Es una pieza amortizada, pero lo de la herencia recibida es una cosa
que sigue funcionando y de paso se salva al ministro Soria del asunto.
Por cierto. Hoy mismo
tenemos cita en los juzgados. Me refiero a los periodistas (y por trabajo).
Carlos Fabra acude como imputado a declarar en medio de una diligencias previas
para ver si prevaricó en el caso de las entradas de toros de la corrida de la
Beneficencia.
Cada zona de la
Comunitat tiene su propia falla. En el regreso estaremos pendientes de las
declaraciones a pie de juzgado porque, al ser una investigación, será todo a
puerta cerrada. Fabra hará de nuevo el paseíllo esta vez acompañado de uno de
sus espadachines, Francisco Martínez, que también está adosado a la causa de la
corrida benéfica.
La expectación está
servida como una mascletà o un guiso a fuego lento. No quiero volver a pecar de
sabiondo, pero me da que se va a armar porque llevo muchas funciones de circo
bajo las cervicales de mi pasado como cronista de la cosa política. Por si
acaso, estén atentos a la web de Las Provincias. Aviso.
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