lunes, 31 de marzo de 2014

Los cuentos de hadas existen

Para ti amiga
 
Érase una vez, en un pequeño reino lleno de luz y gaiatas, habitaba un alcalde que todas las noches, mirando a las estrellas, pedía poder seguir siendo primer edil. Pero el alcalde tenía un jefe que le ponía condiciones. Igual que la madrastra de Cenicienta que le promete que le permitirá ir a la fiesta si antes cumple sus tareas. Eso era una treta (la de la madrastra) porque cada vez le mandaba más cosas y al final Cenicienta se rinde.
 

Disney se ha adueñado de nuestra imaginación asumiendo como propias las historias populares y los cuentos de los Hermanos Grimm y Perrault. Durante generaciones y generaciones sus valores perviven de forma permeable creando los adultos que somos. Esperando un hada madrina, un príncipe o enseñando que la muerte es cruel, aunque la soledad y la desgracia te redimen. Cuentos.

Llegados a este punto: los cuentos de hadas existen. El alcalde Bataller ha recibido otro aviso esta semana en forma de látigo porque el presidente del PP en Castellón le ha avisado: si sigue imputado no podrá ser candidato.

Lo que no ha dicho Javier Moliner es que incluso se le ha pasado por la cabeza que él mismo sería el mejor cartel y que se ve capaz para presidir la Diputación y ser alcalde de Castellón. Digo que es un pensamiento, no una posibilidad, de ahí el matiz.

Bataller se ha tenido que subir al trepidante mundo de la primera fila política con el tren en marcha. Ahora ya está todo controlado e intenta jugar sus cartas si bien enfrente tiene a varios campeones de póker.

La semana grande de Castellón ha sido, en el plano político, más de lo mismo. En el festivo un poco también, la verdad. Ha habido políticos que no se habrán gastado ni tres euros para llenar la panza a base de visitas. Esto no lo digo por criticar, sino desde la preocupación por la salud de nuestros líderes. La fritanga y los platos de arroz tienen un límite y entre 'ximo' y 'tortilla de faves' el colesterol crece.

Como reseñable está el hecho de que Juan María Calles ha ganado un premio literario (el Miguel Hernández de poesía). Un artista atormentado. Ahora ya sabemos a qué se dedica, lo que es un avance. El exsubdelegado del Gobierno representa lo peor de un cargo público, se ha negado a dimitir después de ser pillado conduciendo triplicando la tasa de alcoholemia y lo peor es que ha retratado también al secretario general de su partido.

Ximo Puig pide contundencia a Fabra pero no actúa igual con Calles. Todos se esfuerzan para que los ciudadanos piensen que todos los políticos son iguales, la verdad. Al menos parece que se le ha abierto un expediente (otro más) y podría pasar al grupo de los no adscritos que tiene una rima complicada.

Menos mal que cuando los políticos deciden tirarse a la bartola, la justicia nos enseña el camino. De ahí que la Fiscalía haya decidido ampliar las imputaciones al secretario y la interventora de la Diputación por el sistema de cobro de la corrida de la Beneficencia. Carlos Fabra y Francisco Martínez dijeron que nadie había puesto reparos legales a su actuación y ahora les toca el turno a los técnicos.

Por otro lado, hay nuevo presidente para la Audiencia Provincial. El Consejo General del Poder Judicial ha elegido al progresista José Manuel Marco Sos en sustitución de Carlos Domínguez, que pertenecía a la asociación Jueces Francisco de Vitoria. Muchos se han apresurado a aventurar nuevos tiempos en la Justicia de la provincia. Yo aventuro lo mismo, pero soy un descreído malpensado.

La semana en que España lloró a Suárez, Castellón también lo hizo por María José Valtueña. Si algo les une es el maltrato que sufrieron de los suyos en vida y que se trató de reparar cuando ya no había remedio. Machado dijo que España es el país que mejor entierra a sus muertos después de haberlos matado.
 

Ese ha sido el caso de Valtueña a la que tanto intentaron boicotear dentro de las filas de su partido y esos mismos, ahora se arrepienten. La política es una de las profesiones más crueles que existen y en la mayoría de los casos sólo sobreviven los peores, el resto están de paso como en la vida. Yo me siento un poco como Bambi y como Simba por la pérdida pero por mucho que lo intente, no me sale ninguna canción al paso.
Artículo publicado en Las Provincias, 31-03-2014

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