miércoles, 29 de enero de 2014

Soy Gordo


Soy gordo. Esto es una descripción objetiva. Soy más cosas, pero a lo que vamos.

Y lo soy por varias cosas. Decía una compañera de trabajo que la genética es muy injusta. Puede ser, pero en verdad es que a mí me gusta comer, tanto, que no me fío de esas personas que te dicen “yo es que como muy poco”. Esa gente me da pereza, como esas que dicen “a mí el pescado no me gusta”, o la carne, o la verdura o el arroz.
Dos arroces, doble placer
 

No sé. Gente rara. Porque a mí me gusta comer dulce, salado y agridulce. La comida casera, la rápida y la olla exprés, o sea. ¿Se puede disfrutar igual de una pizza que de unas espinacas? Pues sí, pero con matices. Me encanta la coliflor pero es cierto que una onza de chocolate puede ser un final perfecto.

Hay una teoría que dice que si la naturaleza fuera sabia, la lechuga sabría a Mc Menú.

Además de ser gordo, me gusta hablar de ello. Me encanta hablar de las dietas, de los beneficios de la quinoa, del salmón o de la leche y calcular kalorías. Tengo un amigo con el que siempre mantenía la misma conversación: él hablaba de puerros y yo, de los cardos crudos. Era como el día de la Marmota y siempre era como la primera vez.

Me apasiona hacer una dieta y saltármela, las básculas, organizar cenas de postres, descubrir restaurantes y clasificarlos por las croquetas, que es lo único que no se me da bien en la cocina y por eso las aprecio tanto.

Hasta donde me alcanza la memoria, siempre he sido gordo. Igual que hay gente que es rubia, alta o buena persona. De ahí que sea tan fan de Caritina. Sólo me recuerdo delgado cuando tuve que asumir la coordinación del periódico: perdí once kilos y me salieron canas en pocas semanas.
Momento delgadez

Hago dieta desde siempre y, en consecuencia, me la salto desde siempre. Es un rito para mí sólo comer arroz al horno el día de mi cumpleaños, por ejemplo. Y digo que me da tristeza por la gente a la que no le gustan las lentejas, el bacalao o el queso. Decía que soy gordo desde siempre. Fue un verano cuando al volver de las vacaciones detecté que no me cabía la ropa y una señora le dijo a mi padre “su hijo se ha puesto de buen año”. Debía tener 9 años o así.
Manolito Gafotas existe (la camiseta la había pintado yo)

La gente que me conoce sabe cómo conquistarme: te veo más delgado, y yo con eso ya chuto 24 horas. Hasta uno de mis jefes, con el que hablo todos los días por teléfono pero que sólo nos hemos visto una vez, me dijo un día: te noto más delgado por la voz. Luego ya me pidió varios temas para ese día.

A mi sobrepeso se unen amigos gordos. Los hay delgados, claro, pero son gordos de mente y casi que son los mejores. Hace un tiempo, cuando me apunté al gimnasio tuve que definir los objetivos: eliminar estrés y adelgazar, creo que puse. Pero en realidad lo mejor es divertirme, más que descubrir un músculo. Es la mejor terapia.

Yo sé que aunque perdiera 20 kilos seguiría siendo gordo, como quien es calvo, ya que es un estado de ánimo. Y me gusta la palabra, como también me gustan otras: macilento, buganvilla o pujar, por ejemplo.

Posdata: voy a merendar y quedamos a comer cuando queráis.

3 comentarios:

  1. Me encanta jajaja, jo tambe soc GORDA

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  2. Jo tambe soc una GORDA, ME ENCANTA:-)

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  3. Jajajajajaja... muy fan de eso de "no me fío de esas personas que te dicen “yo es que como muy poco”. besos!

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